Llevamos años exigiendo a Marvel ser algo que no es y 'The Marvels' demuestra que tiene los mismos problemas que fortalezas

Llevamos años exigiendo a Marvel ser algo que no es y 'The Marvels' demuestra que tiene los mismos problemas que fortalezas

La reacción negativa a la película con Brie Larson huele a venganza de un público atrapado en la idea de un MCU que ya no es lo que ellos quieren

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Hemos visto peores películas de Marvel que ‘The Marvels’, pero el relato de que es lo peor que le ha pasado a este Universo, las siete plagas del cine de entretenimiento y la muerte del MCU es una soflama apocalíptica que se ha establecido gracias a los malos resultados de su taquilla, que ha significado el peor estreno de la compañía en 14 años. La realidad es que los factores de recaudación son más complejos y que, sin ser una de sus películas destacables, tampoco es el desastre que se ha prefigurado y vociferado.

Lo cierto es que desde la publicación de sus tráilers se ha ido cocinando una idea de que la cosa pintaba muy mal, que si la dependencia de ‘Wandavision’ y ‘Ms Marvel’, que si los cromas, que si hay tres protagonistas femeninas. Independientemente de que esta entrega reproduzca los comportamientos machistas, que convirtieron el estreno de ‘Capitana Marvel’ en un pozo de comentarios que reproducen consignas con olor a choto de 4chan o Forocoches, muchos que defendieron a aquella tampoco han quedado convencidos ahora por infinidad de razones.

Lo cierto es que ‘The Marvels’ es menos afectada y autoconsciente que aquella, y sin ser ninguna maravilla (jé), sí que consigue abrazar el humor absurdo por momentos y sabe reflejar parte del universo cósmico de los cómics de forma funcional. Es apresurada y liviana para lo bueno y para lo malo. Lo que resulta difícil de comprar es que hace cinco años todo fuera “jijjaja: Gatito” y hoy las bromas con gato sean “desesperación de Marvel”. En todo caso, la carta de lo cuqui es una opción de marketing que Disney lleva usando toda la vida y la cultura de internet y los animalitos es una lacra de postureo difícilmente aguantable desde hace años.

El cainismo marvelita

No ayuda que ir a degüello contra el que se ve débil sea el deporte favorito de la humanidad, especialmente cuando alguien o algo ha tenido éxito anteriormente. La mediocridad como forma de equilibrio de complejos también es algo que existe desde hace años, y en el caso de ‘The Marvels’ las reacciones furibundas han llamado la atención al mismísimo Stephen King, que expresaba en twitter:

“No voy a ver películas del MCU, no me gustan, pero encuentro muy desagradable este regodeo apenas enmascarado por la baja taquilla de The Marvels. ¿Por qué regodearse del fracaso?”

¿Puede ser una forma de deseo inconsciente? Como el mismo de ver a una antigua pareja fracasar de nuevo en el amor, o por el contrario percibir ese tortazo en taquilla como una forma de equilibro y justicia, por haber sacado este año ‘Quantumania’ y ‘Secret Invasion’. O quizá como un deseo sincero de que el estudio cambie la forma de hacer las cosas. Podemos hablar mucho de efectos especiales deficientes, el piloto automático en algunas tramas y villanos, la estrategia de cantidad sobre calidad y la falta de consistencia de su universo tras la saturación de títulos que parecen no avanzar nada en una trama general que nunca importó tanto antes.

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Durante una década larga, Marvel había sido sinónimo de excelencia, pero ese pensamiento lleva tiempo siendo una verdad enmascarada. Quizá faltaron más voces anotando que ya en ‘Spider-Man: Homecomingtodo empezaba a parecer un episodio de serie muy caro, y que sean las caras fantasma de ‘Thor: Love and Thunder’ o lo genérica que fue ‘Viuda Negra’ es la enésima vez que hablamos de lo mismo, de la improvisación, de los defectos, de la falta de carisma, en definitiva de la transformación en algo genérico, pero lo cierto es que salvo excepciones concretas, esto ya funciona así.

Público esquizofrénico

Parece que hay una nostalgia por un Marvel que fue y que no va a volver, hemos pasado ya una fase entera y estamos en medio de otra y la cosa no va ni para alante ni para atrás. Esto es lo que hay y las pataletas con una película divertida como ‘The Marvels’ son cuestión de perspectiva. Puedes seguir llorando porque no es ‘Capitán América: el soldado de invierno’ o reconocer que al menos lo presentado tiene bastante ganado con respecto a los ladrillos intratables deWakanda Forever’, ‘Secret Invasion’ y ‘Eternals’.

Marvel lleva casi cinco años siendo otra bestia, más normalizada, predecible y con las cosas mucho más claras de lo que parece. Son un producto Disney que se ha asimilado al espíritu de las series y películas producidas para Disney Channel, un público juvenil estándar y una forma de funcionar industrial que vive a merced de los tratamientos masivos de datos. Ha encontrado la falibilidad, y eso asusta, pero de ahí a considerar que todo lo nuevo que sacan es lo peor que han hecho nunca hay varios grados de subjetividad.

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Quizá Marvel no es para señores de 40 años tuiteando desde el sofá, quizá pudo serlo pero quizá han perdido a parte de su tripulación tratando de gustar a todo el mundo. A esto también contribuye la esquizofrenia de un público que encuentra griales donde hay vasos del Ikea, de los que no se rompen, pero baratos al fin y al cabo. Parte de este choque se percibe en la diferencia de recepción de los productos destinados al cine y los que fueron a televisión. ‘Wandavision’, tirando el cebo de filtros vintage y la mimesis facilita, parecía merecer decenas de Emmys.

Claro que problemas hay

No puede ser que ‘Loki’ sea una obra maestra de la ciencia ficción y que ‘Quantumania’ sea una porquería en la que Bill Murray ha pasado por allí para recaudar. Es imposible considerar ‘Ojo de Halcón’ muy divertida y considerar que ‘The Marvels’ es lo peor que le ha pasado al cine en este siglo. No puede porque todas comparten tono, aspecto, personal técnico, iluminación a tope y chascarrillos de la misma naturaleza. Ver esa colisión de opinión desde el mismo público en tiempo real, mientras se estrenan unas y otras simultáneamente en el cine y tv, parecen fragmentos salidos de un libro de Ray Bradbury.

Que Marvel se ha establecido como una fábrica de longanizas más o menos de calidad estable es una cosa, pero mirando los datos de taquilla está claro que algo no funciona. Lo que más llama la atención del modelo de negocio de Disney es que gastan 220 millones en la película y luce a ‘Spy Kids’, algo que este año ha quedado en evidencia al ver los resultados en pantalla de ‘The Creator’ con 80 millones de dólares. Pero el caso de Gareth Edwards no debe tomarse como modelo clave, porque es un visionario y no es tan fácil conseguir a un nivel industrial lo que ha hecho una de las películas del año, pese a la torpeza de la crítica y el desaire del público, por otra parte.

Zawe Ashton Dar Benn The Marvels

Un contraste que deja patente que, en el fondo, cuando se habla de espectadores parece que no es tan importante el resultado tangible de fotografía y ejecución técnica. El problema de la taquilla depende de otros factores que afectan a toda la industria. Un despegue desastroso hoy parece una sentencia de muerte porque parece que el éxito se mide por un esfuerzo inicial concentrado, lo que significa que se gana la mayor parte del dinero en el primer fin de semana de estreno. Esto, que ya tiene validez general, se hace más patente en Marvel, porque parte de su éxito se basa en que la gente quiere ser la primera en saber qué cameos, escenas postcréditos y otros spoilers se esconden en el Kinder Sorpresa.

La era del cine Kinder Sorpresa

Y convertir el cine en un Kinder Sorpresa es un problema, es el chocolate de siempre, pero cuando el relleno que no tiene nada que ver con la realidad de si la película es buena o no, el truco no cuaja, nada indica una sostenibilidad a largo plazo. Pero hoy Marvel tiene el arma secreta de los X-Men, que parece haber estado macerando en adobo un lustro, y es posible que la postcréditos de este último capítulo haya ayudado a que la percepción del público haya sido positiva, con un 84% de valoraciones positivas en la sección abierta de Rotten Tomatoes. Otro factor de la taquilla es la huelga del SAG, no ayuda que Brie Larson y sus coprotagonistas no pudieran promocionar la película.

Algo que ha afectado a la recaudación de muchas películas. El cine ha sufrido en 2023, pero queda saber si el factor marketing podrá solucionarlo. Pero volviendo a Marvel, es innegable que sus innumerables spin-offs, secuelas y series de televisión hayan generado un ritmo imposible que haya roto la sensación de evento, puede que el mayor valor que tenía la casa. No hay que olvidar que también parte de su estrategia es la dispersión, que quiere decir que hay gente que disfrutará más de ‘The Marvels’ y otras que están dando botes con el tráiler de ‘Echo’, como si la violencia o parecerse a ‘Daredevil’ fuera a salvar a la marca.

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Lo único claro es que ‘Deadpool 3’ figura como la única película del MCU en el calendario para 2024, algo que sin duda es un hecho positivo y que indica que la sostenibilidad de Marvel dependerá de la dosificación y el tiempo para encontrar de nuevo la chispa. Lo anómalo es encontrar en la película de Nia DaCosta el anticristo cuando hemos disfrutado más o menos de forma moderada de ‘Ms Marvel’, en la parcialidad infantil y cortoplacista que exige, aprieta o perdona según las circunstancias, el clima o el precio del Kilovatio-hora.

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